Si nos circunscribiéramos al concepto exacto de tecnología, es muy posible que todos nos quedáramos sorprendidos al descubrir que el origen del término es griego. Concretamente proviene de τεχνολογος, palabra compuesta formada por techne (τεχνη): «arte, técnica u oficio» y logos (λογος): «conjunto de saberes».
Como consecuencia, podríamos definir «tecnología» como el conjunto de saberes aplicados a un arte, técnica u oficio que permiten una mejor adaptación del ser humano a su entorno.
Sin embargo, el tiempo pasa para todos, también para la tecnología.
Por ello y para entenderla tal y como actualmente la comprendemos debemos situarnos en el siglo XX donde el término evoluciona a un concepto más amplio que incluye procesos, instrumentos y máquinas. Siendo a mediados de este mismo siglo cuando adquiere un significado que aun prevalece: «medios o actividades mediante los cuales el ser humano busca cambiar o manipular su entorno».
Lo que está claro es que los avances tecnológicos permiten mejorar la técnica, de tal manera que si del ábaco, inventado en Mesopotamia en el año 2500 a.c. llegamos al IBM PC lanzado en 1981, o del teléfono de Graham Bell al primer móvil de Motorola presentado en 1973, ¿por qué el Revenue Management no puede definitivamente dar el «gran golpe» y pasar de las hojas de Excel a un Business Intelligence que cumpla las máximas de la tecnología: usabilidad, agilidad y sencillez?
Y es que ya nadie puede cuestionar que el verdadero cambio que supone la adopción de herramientas tecnológicas en el más estricto sentido de la palabra está estrechamente relacionado con la productividad, entendida como producción por cantidad de trabajo empleada o lo que es lo mismo, entendida como la posibilidad de desarrollar las mismas tareas en un menor espacio de tiempo.
Así, y teniendo en cuenta que a fecha de hoy los datos son fundamentales en el proceso de toma de decisiones empresariales y «el tiempo real» un imprescindible para la optimización de resultados, departamentos como los de Revenue Management donde el Big Data cobra un protagonismo indiscutible y la capacidad de reacción ante los generadores de demanda es determinante en la estrategia de precios, la clave del éxito radica en la capacidad de recogida y análisis de la información para una posterior definición de la estrategia y una ejecución ágil y adaptada a un entorno marcado por las necesidades del consumidor, entre otros.
Es en este punto donde la tecnología se convierte en sinónimo de éxito ligado al de productividad. Las herramientas tecnológicas nos permiten aunar todos los datos en tiempo real aunque procedan de diferentes fuentes sin necesidad de chequearlas de forma manual, puesto que su objetivo es una total automatización de los procesos.
Esta información se aglutina de forma visual y sencilla, facilitando el proceso de toma de decisiones, donde la figura del Revenue Manager es fundamental, ya que su experiencia e intuición completarán el ciclo del Revenue Management para una ejecución alineada con los objetivos empresariales.
Más de quince años de experiencia en el sector hotelero la avalan como especialista en ventas y en aplicación del Yield & Revenue Management. En su extensa trayectoria profesional ha colaborado con Catalonia Hoteles, CityPark Hoteles y Eurostars-Hotusa entre otras cadenas hoteleras de prestigio.
En 2006 funda Hotelsdot, la primera empresa Española especializada en la gestión y aplicación del Revenue Management que actualmente cuenta con un equipo de más de 10 profesionales y más de 70 clientes.