El hotel Novotel Madrid Center ha acogido una nueva edición del Gran Debate Hotelero, que organiza periódicamente el Grupo Vía.
Como es habitual, la mesa de debate fue moderada por el director general de Les Roches Marbella, Carlos Díez de la Lastra. Planteó los retos a los que se enfrenan los hoteles españoles ante el descenso de visitantes a nuestro país, si bien destacó que «estamos perdiendo volumen pero nos estamos quedando con los turistas que realizan un mayor gasto».
José Ángel Preciados. director general de Ilunion Hotels, aseguró que «no hay motivo para ser pesimistas, todos sabíamos que iba a llegar una crisis pero los datos siguen siendo buenos. Perderemos dimensión, pero lo más importante es saber a dónde vamos como país, aunque con la regulación actual cada uno va por donde quiere y hay demasiada obsesión por la cantidad, un contexto donde el largo plazo queda sacrificado».
«Hay una gran indefinición en el sector, es complicado encontrar un concepto diferenciador que sea tangible. En muchos casos hay mucho marketing pero nada detrás, no hay un concepto real. A nosotros nos ha venido definida por la Fundación ONCE, de modo que no hay una cadena hotelera que haga lo mismo que nosotros. Tenemos esa suerte, a la que luego hay que aplicar un compromiso real con la sociedad. Ahora, nuestro reto es comunicarlo mejor», señaló Preciados.
José Matheu. Corporate Development Director de Palladium Hotel Group, explica que «en nuestra cadena seguimos creyendo en la diferenciación, en la capacidad de crear un destino en el propio hotel. Todas nuestras novedades están destinadas a crear una experiencia mucho más sensorial».
José Guillermo Díaz Montañés. CEO de Artiem, considera que «hemos vivido un gran crecimiento en estos años cuando en realidad no hemos perdido tanto en este momento, lo que quiere decir que hemos hecho bien las cosas y hemos sido capaces de robar cuota a nuestros competidores».
«El turista del siglo XXI valora la diferenciación. La cultura, la historia, la lengua, el deporte nos permiten desarrollar muchos modelos que debemos poner en valor para atraer a ese nuevo tipo de turista. Nuestro negocio es la felicidad y nuestro objetivo debe ser transformar de alguna forma al cliente. Ésa empatía es el mejor camino a la fidelización. El reto es transmitir emociones a un coste muy eficiente», aseguró el CEO de Artiem.
Inmaculada de Benito, Chief Operating Officer de Iberostar Group, considera que «debemos pasar de la calidad al valor, porque han aparecido nuevos destinos, nuevas tecnologías, nuevos mercados emisores… esto obliga a contar con una política turística global, transversal, liderada por las administraciones públicas en colaboración con las empresas privadas».
La incorporación de las viviendas turísticas
Carlos Díez de la Lastra planteó el cambio que ha vivido el debate sobre las viviendas turísticas en los últimos meses: «la discusión está cambiando y de repente los hoteles se suman a esta tendencia. El propio cliente ha asumido ese rol mixto. Incluso estamos viendo alojamientos que mezclan ambos conceptos en el mismo edificio». El director de Les Roches preguntó a las cadenas hoteleras presentes en la mesa si se han planteado incorporar este modelo.
Luis Felipe Mendieta. socio Fundador de One Shot Hotels, fue claro al respecto: «yo no creo que la gente venga a una ciudad como Madrid a cocinar su propia comida, pero más allá de eso apostamos por conceptos mixtos de hotel y apartamento, donde estos últimos tienen todos los servicios del hotel. Es lógico que exista una lucha por la regulación de los alojamientos ilegales, pero como realidad imparable no tiene sentido ir contra ella».
Para José Ángel Preciados, «este tema ya nos ha sobrepasado, prácticamente ya no se puede regular, cada comunidad tiene una regulación y mientras tanto el mundo va a una velocidad vertiginosa. Estoy a favor de la competencia, pero nosotros no vamos a seguir esa dirección. También es necesario señalar que una parte de todo este problema está provocada por algunos hoteleros que, de forma encubierta, están jugando a ese juego».
José Guillermo Díaz Montañés reconoce que «está cambiando el modelo de negocio de los hoteles, y los que no se adapten no tendrán futuro. Tenemos que cambiar y aportar valor, nuestra experiencia como hoteleros nos lo permite. Es una gran oportunidad, no una amenaza».
Inmaculada de Benito recuerda que «el desarrollo desordenado provoca problemas de convivencia y de turismofobia que también afectan al negocio tradicional. Necesitamos una política turística holística. Debemos insistir en el valor de nuestras empresas pero España debe decidir qué tipo de destino quiere ser en el futuro».
Por último, José Matheu considera que el sector hotelero ha sido, en general, reticente al cambio. «Somos la primera potencia mundial en entretenimiento y es algo que debemos aprovechar. Los hoteles que tengan un concepto claro van a salir adelante, independientemente de la competencia que pueda surgir».