Desde los albores de la distribución de alojamiento a través de internet, los hoteles están acostumbrados a convivir y batallar con la publicación de distintos precios para una misma habitación en distintas plataformas. Nada nuevo hasta ahí.
Es más, los propios viajeros se han acostumbrado a la idea de que es absolutamente normal y habitual que una misma habitación para una misma estancia tenga distintos precios en función de la plataforma de venta.
Esta misma situación ha llegado ahora a los alquileres vacacionales, donde las disparidades alcanzan márgenes bastante mayores que los habituales en los alojamientos tradicionales.
Un artículo publicado por Business Insider analiza este fenómeno, y ha sido capaz de encontrar fácilmente disparidades de cerca de 100 euros para un mismo alojamiento al comprar precios entre plataformas como Airbnb, Booking.com o Expedia.
Paradójicamente, de un tiempo a esta parte las agencias online se han acercado al modelo de Airbnb al apostar decididamente por el alquiler vacacional. En el proceso inverso, Airbnb ha comenzado a comercializar hoteles a partir de su acuerdo con el channel manager SiteMinder.
Brian Chesky, CEO de Airbnb, fue claro al señalar a Booking.com y Expedia como sus principales competidores a nivel global. Una guerra de la que, en principio, deberían salir beneficiados los usuarios más avezados a la hora de encontrar el mejor precio para un mismo alojamiento. O, al estilo de lo que ha sucedido en el sector hotelero con los metabuscadores, aquellas compañías capaces de centralizar toda la oferta y comparar sus precios.
No es una idea nueva. Ya existen comparadores específicos de alquiler vacacional como Hundredrooms, y es más que previsible que surjan otros en un breve plazo de tiempo.
Aunque Airbnb afirmó al medio Skift que un 72 por ciento de los alojamientos que se anuncian en su plataforma no aparecen en ninguna otra, lo más probable es que ese porcentaje se reduzca con el tiempo.
Por su parte Glenn Fogel, CEO de Booking Holdings, defiende un modelo en el que no ve necesario exigir exclusividad a ningún proveedor de alojamiento, sea hotel o alquiler turístico. El directivo asegura que confía en la demanda que genera Booking.com como una argumento más que suficiente como para convencer a cualquier propietario de anunciar su inventario con la OTA.
Airbnb, por otro lado, prefiere jugar la baza del concepto de ‘comunidad’ para mantener una imagen ligada a la economía colaborativa, una imagen que, según el artículo de Business Insider, sigue de algún modo impregnada en el subconsciente de sus usuarios más fieles.
A la espera de ver cómo se desarrolla esta batalla entre los principales distribuidores online de inventario, los primeros vencedores son los propios usuarios, si bien aún deben navegar por distintas webs para encontrar el mejor precio.