Una de las entrevistas más originales —y sin duda más comentadas— del evento Smart Travel News Inspire 2025, celebrado el pasado 2 de abril en Madrid, fue la protagonizada por Vivi Hinojosa, redactora de Hosteltur, junto a Antonio López de Ávila, Director of Innovation, Education and Investment en ONU Turismo, y José Ángel Preciados, CEO de Ilunion Hotels. El formato fue tan inusual como entrañable: una entrevista… en una cama, peluches incluidos.

Lo que empezó como una propuesta informal acabó convirtiéndose en una conversación íntima y sincera sobre los orígenes personales y profesionales de dos referentes del sector turístico, su visión sobre el talento y el propósito, y los desafíos que afronta la industria en 2025.

José Ángel Preciados compartió su trayectoria, desde sus comienzos en NH hasta liderar hoy una de las compañías hoteleras más admiradas por su enfoque humano: Ilunion Hotels, perteneciente al Grupo Social ONCE. Destacó cómo poner a las personas —empleados y clientes— en el centro ha sido clave para lograr una estabilidad, satisfacción laboral y rentabilidad que muchas otras empresas del sector envidiarían.

“El talento no se va si lo colocas en el centro. Y cuando hay propósito, los resultados llegan solos.”

Por su parte, Antonio López de Ávila relató su paso desde el Derecho hasta convertirse en una figura clave en innovación turística a nivel internacional. Con un pie en la formación y otro en la política pública, ha sido impulsor de programas pioneros en educación turística y sigue apostando por el talento como motor de cambio global.

“En todo el mundo escucho lo mismo: el turismo sigue sin estar reconocido como merece. El problema no es español, es global.”

Ambos coincidieron en que el sector necesita trabajar más su imagen para atraer y retener talento, y no limitarse a slogans vacíos. También compartieron sus deseos turísticos para 2025: Antonio, que se multipliquen las matrículas en las facultades de turismo; José Ángel, que el modelo de Ilunion inspire a otras empresas del sector.

La conversación, entre bromas, confesiones y mensajes profundos, cerró con una reflexión compartida: el turismo no es solo una industria económica. Es una herramienta poderosa de impacto social, humano y emocional.