La respuesta es sencilla: hasta la fecha no podían tener su propio motor. Un sistema de reservas “custom” sólo estaba al alcance de pocas cadenas hoteleras a nivel mundial y con menos de mil hoteles era inviable.
De hecho, son varios los grupos hoteleros que han abordado el proyecto y fracasado estrepitosamente gastando millones en su motor de reservas con escasos resultados, hasta el punto de que en la actualidad son muy pocos los que todavía se agarran a este «clavo ardiendo» y muchos los que ya han optado por «alquilar» la tecnología de reservas a un especialista.
Como en numerosas disciplinas todo parece sencillo hasta que te pones. En el caso concreto de los motores de reservas para hoteles lo que ve el usuario es solo la punta del iceberg, razón por la que muchos se echaron la manta a la cabeza para luego encontrarse con impedimentos tecnológicos insalvables.
Hasta los que optaron por soluciones más sencillas como personalizar únicamente el frontal de reservas (la capa visual del motor) obteniendo el inventario de la API de su PMS/CRS, han tenido serios problemas y han acabado contratando un motor de reservas comercial estándar que, sin duda, le quita singularidad a su hotel.
El objetivo era noble y sigue vigente: los hoteles que se precien deben diferenciarse de su competencia. El error ha sido el camino.
El zapatero a tus zapatos es una máxima que nunca debemos olvidar y de la misma forma que los tecnólogos no explotamos hoteles, el hotelero no debería hacer software: ni ayer, ni hoy, ni mañana.
Hasta aquí todo muy negro ¿no?
Vamos a despejar el nubarrón y explicaros como desde Witbooking hemos enfocado el reto de la hiper-customización:
- En primer lugar, permitiendo personalizar los elementos más reconocibles de una marca: fuentes, colores y estilo web.
- En segundo lugar, creando distintas estructuras (layouts) para las distintas pantallas que componen el proceso de reserva. Por ejemplo, habilitando listas de las habitaciones disponibles en forma de fichas (grid) o de listado.
- En tercer lugar, permitiendo crear distintos flujos de navegación. Por ejemplo, un hotel puede decidir que los servicios extra sean un paso obligatorio del proceso de reserva o bien un botón opcional de «mejora tu estancia»
Las opciones resultantes de combinar estilo, layouts y flujos son infinitas, logrando así el objetivo planteado: no tener 2 motores de reservas iguales.
Los más avispados dirán: esto es muy bonito, pero ¿cómo se yo que mi motor, además, de gustarme está optimizado para maximizar la conversión?, objetivo final del canal propio.
La respuesta está en la multi-configuración: concepto clave del nuevo motor de reservas witbooker+, que permite al hotelero tener tantas versiones de su motor como desee e irlas testeando para ver cuál convierte más, lo que se conoce como test A/B.
Otro uso muy interesante de la multi-configuración es poder tener versiones del motor de reservas específicas para situaciones especiales. Por ejemplo, una versión del motor podría incluir más información del establecimiento (mapa, fotos y/o video) y utilizarse para aquellos usuarios que llegan desde un link en un metabuscador, mientas que para aquellos que vienen de la web del hotel podría obviarse esta información e ir directamente a la selección de habitación.
Por último, otro de los grandes conceptos que aporta witbooker+ y que se suma al de personalización y multi-configuración, es la capacidad de segmentar contenidos relevantes para cada perfil de usuario definido por el hotel.
Poder mostrar determinados textos, fotos, videos, servicios extra, paquetes o promociones es muy útil a la hora de incrementar la conversión, así, por ejemplo, si se detecta que el perfil de un huésped se corresponde con el segmento «familia» podremos mostrarle fotos de la piscina del establecimiento con niños, videos del kids-club y ofrecerle el servicio de canguro, cuna y entradas para el parque de atracciones, aprovechando todo el potencial del crosselling.
Ha llegado el final de café para todos en el mundo de las reservas hoteleras; ya es posible tener tu propio motor de reservas y no morir en el intento.
El «motor de plantilla» es cosa del pasado: ¡hola hiper-customización!
