La semana pasada, Google informó a sus usuarios sobre una actualización de la política de marcas comerciales de los anuncios. Según ha recogido el medio especializado Tnooz, de confirmarse este punto puede tratarse de una pésima noticia para los hoteles.
En el mismo correo electrónico se dice que «los anunciantes pueden utilizar un término de marca en el texto del anuncio si son intermediarios, ofrecen componentes o piezas compatibles o proporcionan información sobre los bienes y servicios relacionados con el término de la marca».
Esto parece sugerir que los OTAs y metabuscadores pronto podrán ofrecer gratuitamente «hoteles de marca afiliada» en la red de búsqueda de Google.
Cumplir con los criterios de la política parece extremadamente sencillo. Mientras «el producto o servicio» esté «claramente disponible para la compra en la página de destino del anuncio», los intermediarios podrán utilizar libremente los términos de la marca –es decir, el nombre del hotel–.
Del mismo modo, webs de comentarios sobre hoteles o blogs turísticos también están autorizados a usar la marca del hotel «cuando el propósito principal de la página de destino del anuncio sea proporcionar detalles informativos sobre los bienes o servicios correspondientes al término de la marca».
Los viajes son, según MarkMonitor, un «complejo ecosistema online que depende de múltiples terceros para ampliar la visibilidad de la web de una marca y, en última instancia, para dirigir el tráfico» y que «el conflicto potencial se produce cuando los terceros comienzan a competir con las marcas por el mismo tráfico». De acuerdo con MarkMonitor, el daño económico de esta industria del brandjacking se estima en más de 2.000 millones de dólares al año.
Aunque la protección de keywords no ha sido precisamente sencilla tradicionalmente, los hoteles podían presentar quejas de infracción ante Google, lo que al menos impedía a los intermediarios utilizar la marca del hotel en los títulos y textos de los anuncios.
La nueva actualización de Google podría terminar con esta pequeña esperanza para los hoteles, que se verán obligados a competir, una vez más, con los presupuestos de marketing de las grandes OTAs globales.