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Alojamiento

Editorial: necesitamos buenas noticias

Editorial: necesitamos buenas noticias

Sí, lo sé, son días de pésimas noticias. Este titular es bastante inapropiado, de hecho. Tratar de aportar una pizca de optimismo es hoy un acto de fe. A mí, a veces, ni me apetece.

Ayer mismo toqué fondo en el mismo lugar donde en fechas más felices se cumplían mis mejores sueños: Mercadona. Allí donde antes la gente compraba el salmorejo que supera al de tu abuela mientras te saludaba con un abrazo (quizás lo estoy idealizando por efecto del confinamiento), ayer una señora de mediana edad y pequeño corazón me reprendía por tratar de alcanzar una barra de pan. Al fin y al cabo, ella necesitaba ocho barras para su consumo diario habitual.

«Es para mis doce hijos y mi tía moribunda», le dije.

Falso, no tengo doce hijos –estoy bastante seguro de esto– y mi tía se encuentra bien, afortunadamente. De hecho, vive en Badajoz. Sólo quería comprobar el nivel de compasión de la gente en tiempos de dificultad.

Ningún resultado.

Lo reconozco: al llegar a la línea de caja incumplí el Quinto Mandamiento y deseé que aquellas personas fueran enterradas algún día con todos esos rollos de papel que han acumulado, cual faraón egipcio enterrado con sus riquezas.

Después, enciendo el televisor y veo que nuestro presidente Pedro Sánchez pronostica una recuperación en forma de «V». Y yo sólo puedo pensar que vamos de mal en peor. Y que si un gobierno alienígena tiene que venir y acabar con todo esto, por favor, que llegue pronto.

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A las ocho de la tarde, religiosamente, salimos al balcón a aplaudir a la gente que se está dejando la vida para salvar la de otros. Reconozco que me emocioné –un poco, no quiero arruinar mi imagen de tipo duro–.

Un vecino anónimo –aunque todos sabemos quién es–, pone a todo trapo «Color Esperanza», de Diego Torres. Todos pensamos lo mismo: «no sé si nos merecemos este virus, pero desde luego no nos merecemos a Diego Torres».

Y sin embargo, hoy me sorprendo a mí mismo elaborando una lista de canciones moñas para la recuperación, que abro con esa misma canción. En un alarde de originalidad, he llamado a la lista «Canciones Moña para la Recuperación», que puedes disfrutar con los tuyos en este enlace.

Además, he incluido el éxito de J. Balvin «Blanco», para recordarme también que hay mal en el mundo y que, aunque sea un poquito, sí que nos merecemos todo esto.

La cuestión es que, sin saber muy bien por qué, en medio de un infierno de malas noticias y de un panorama desolador para Smart Travel News, el medio que con tanta ilusión fundé hace casi cuatro años, uno siente que no hay más remedio que seguir en la pelea, y hacerlo con el mejor humor posible.

Además, a partir de ahora ofreceremos nuestra newsletter diaria de forma gratuita.

De acuerdo, la newsletter ya era gratuita, pero no voy a tener yo también la culpa de eso, ¿no?

Y ahora, en serio: durante estos cuatro años, miles de lectores y un puñado de empresas valientes –temerarias, diría yo– han apoyado esta idea loca. Seguiremos informando por ellos y por ellas, y porque rendirse no es una opción.

Me consuela pensar que ése es el mejor homenaje que le podemos hacer a la gente que lo está pasando verdaderamente mal y a los profesionales que pelean y seguirán peleando aunque la situación sólo pueda complicarse en las próximas semanas; semanas terribles antes de la segura recuperación.

Igual Pedro Sánchez se refería a esto con lo de la «V». Qué sé yo, si no me hipnotizara con su mirada penetrante y progresista quizás podría concentrarme en lo que dice.

Mientras tanto, como el medio es mío (falso: es de los lectores) he tomado la determinación de dar difusión exclusivamente a aquellas informaciones que apunten a la recuperación, a la formación para el futuro del sector turístico, a los hoteles que ceden sus habitaciones para curar enfermos y a las empresas y personas que buscan soluciones a esta situación–vosotros sabéis quiénes sois–.

Lo sé, un sesgo informativo de la mejor clase y una idea absolutamente ingenua. Pero puestos a ser la orquesta que toca mientras se hunde el Titanic, al menos que nos dejen elegir las canciones.

Sólo espera que Rose me deje sitio en la tabla esta vez…

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