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Alojamiento

¿Donde termina Airbnb y comienza el negocio hotelero?

¿Donde termina Airbnb y comienza el negocio hotelero?

Con las novedades ocurridas en las últimas semanas, se hace cada vez más difícil distinguir la línea entre la hotelería tradicional y los nuevos actores del sector del alojamiento.

Cuando hablamos de estos «unicornios» de la industria nos referimos, inevitablemente, al omnipresente Airbnb. La compañía fundada en San Francisco ve ya en la lejanía sus humildes comienzos como plataforma para compartir una habitación.

Ahora Airbnb es una poderosa plataforma valorada en cerca de 30.000 millones de euros –la segunda empresa de su categoría más valorada, la llamada «economía colaborativa» sólo por detrás de Uber–, está preparando un nuevo programa de fidelización, Superguests, llega a acuerdos con los principales portavoces de la industria a nivel mundial para proteger la sostenibilidad del turismo y, por supuesto, comienza a comercializar hoteles a través de una integración con el channel manager SiteMinder.

Airbnb apunta a Booking.com y Expedia como sus principales rivales. La primera se ha apresurado a asegurar que cuenta con cinco millones de propiedades alternativas en su plataforma –Airbnb tiene unos 4,5 millones– y Expedia adquirió HomeAway para integrar en el menor tiempo posible su inventario de alojamiento alternativo.

Incluso los metabuscadores están probando nuevas formas de mostrar a sus usuarios una oferta más variada que incluya este tipo de alojamientos, para desconcierto de los hoteles.

En esta interesante batalla por ver quién se hace con el mejor inventario y tecnología para venderlo absolutamente todo –vuelos, alojamientos de todo tipo y experiencias en destino– , los grandes actores del sector se están moviendo con velocidad de vértigo para asegurarse la mejor adquisición o la plataforma más conveniente para los usuarios, y esta batalla cuenta con poderosos contendientes: Google, Booking Holdings, Expedia Group, Airbnb, TripAdvisor y, quién sabe, hasta alguna aerolínea como Ryanair, con sus miras puestas en convertirse en el Amazon de los viajes.

¿Y el propio Amazon? Esa es otra historia. Su tamaño no le permite estar agazapado y la industria en su conjunto es consciente de su capacidad de trastocar la distribución turística si finalmente da el paso. Algo parecido podría decirse de Facebook.

Al mismo tiempo, algunas hoteleras con capacidad para mover ficha han decidido no esperar a que los arrastre la marea. Marriott ha comenzado un proyecto piloto para comercializar pisos compartidos; Accor y Hyatt adquieren compañías de reserva de ventas turísticas… con toda seguridad veremos más ejemplos en el futuro.

Mientras tanto, Airbnb sigue con paso decidido y no espera por nadie. Y aunque de momento sólo flirtea con la idea de vender vuelos a través de su plataforma –también Booking.com está jugando con esta posibilidad–, más pronto que tarde los viajeros podrán comprar prácticamente de todo en la web de las principales compañías del sector.

¿Cuál será entonces su favorita…?

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