La respuesta de Booking.com al anuncio del lanzamiento de la app Google Trips no se ha hecho esperar. Los grandes del sector libran un combate en todos los campos posible, ya no sólo en la reserva: también en la promoción de actividades complementarias y en el desarrollo de apps específicas para sacarle todo el provecho a la estancia una vez en el destino.

Booking.com ya había anunciado la puesta en marcha de Booking Experiences hace semanas, pero ayer añadió cinco destinos: Londres, París, Roma y Dubai, que se suman a Ámsterdam, que fue lógicamente el primer destino en entrar en la app.

El objetivo de la agencia online es reducir la fricción de la experiencia en el destino y permitir a los viajeros descubrir todo lo que la ciudad puede ofrecer a través de su smartphone. Esto incluye la reserva de reservas de actividades complementarias recomendadas por Booking.com en función de los intereses de los usuarios, gracias a la incorporación de recursos de inteligencia artificial y machine learning.

Con estas herramientas, Booking,com quiere predecir el comportamiento individual de cada viajero y personalizar su experiencia en el destino, integrando sistemas de pago que eviten colas y esperas. Después de los cinco destinos anunciados, el próximo en ser incluido en la app será Nueva York, a lo largo de este otoño.

Una de las ventajas de la app de Booking.com es que las reservas de actividades complementarias se gestionan dentro de la propia aplicación, sin necesidad de redirigir a webs o apps de terceros. Una vez que los viajeros han reservado una estancia en una de las primeras ciudades que ofrecen la app, a través de un único código QR en la aplicación de Booking.com un viajero puede obtener acceso instantáneo de reserva a distintos puntos de interés en el destino. El código QR se vincula automáticamente a su tarjeta de crédito.

Los viajeros pueden ver la lista completa de cosas que hacer con antelación o simplemente explorar sobre la marcha una vez que llegan a su destino. Este tipo de solución permite una mayor flexibilidad para el usuario, ya que el viajero puede decidir sobre la marcha qué actividades quiere realizar.