Nuestro mundo se enfrenta a un desplome sin precedentes a nivel sanitario, social y económico con la pandemia COVID-19.
Los datos publicados en el SEPE son desalentadores. En su documento “Síntesis Anual del Mercado de Trabajo”, publicado en la web oficial, se muestra el número de parados según subgrupo profesional, siendo el subgrupo G el de trabajadores de restauración y comercio los que más han sufrido.
De los 3.7 millones de parados, 732.556 personas pertenecen a este apartado, que corresponde a un 19,75% de la población, seguido del subgrupo P (peones de agricultura, pesca, construcción, industrias manufacturas y transportes) con un 15.16% frente a los que están en los escaños inferiores que representan el 0.95% con el subgrupo I (Servicios de protección y seguridad) y el subgrupo Q (ocupaciones militares), que representa el 0.04% (SEPE, 2021).
El escenario pandémico pronosticaba de 100 y 120 millones de empleos turísticos directos en riesgo a nivel mundial. No sólo la economía española está al límite, estamos todos juntos en esto (OMT, 2020).
Por cada 256 personas hay un bar y nos han obligado a cerrar, pero parece que se olvidan de que del turismo vivimos todos. Las vacaciones son un descanso temporal y el descanso es, a su vez, no solo un derecho constitucional, sino una acción necesaria para todas las personas por su bienestar físico y mental.
Necesitamos desconectar para reconectar, no me canso de decirlo. Además de las repercusiones psico-físicas, de acuerdo con el INE “el peso del turismo alcanzó los 154.487 millones de euros en 2019, lo que supuso el 12,4% del PIB. Las ramas características del turismo generaron 2,72 millones de puestos de trabajo, el 12,9% del empleo total”. La estimación del cierre anual para el 2020 pronostica un PIB -11% (INE, 2021).
Nos enfrentamos, con diferencia, al peor resultado a nivel histórico en el turismo internacional desde los años cincuenta y este es un punto clave que pondría fin a una década de crecimiento sostenido en todo el mundo desde la crisis financiera de 2009 de acuerdo con la OMT (2020).
A raíz de ver las necesidades de adaptarnos a una industria en continuo dinamismo, Themasterkey abre sus puertas con un modelo disruptivo para la formación de profesionales del turismo basado en competencias.
Sin temario preconfigurado y basándose en las necesidades del alumno, proponen un aprendizaje objetivo y realista para que los alumnos alcancen sus metas, ya sean estas desde encontrar trabajo, promocionar laboralmente o bien, abrir su propio establecimiento turístico o gastronómico.
El estudio por competencias es cada vez más necesario.
Formarse por formarse no vale de nada si no somos competentes en la realización de nuestro desempeño. No malinterpreten mis palabras, estoy realizando un doctorado, confío en la formación. Pero si vamos a formarnos, hemos de ser conscientes de nuestras oportunidades de mejora para poder educarnos en la dirección correcta y optar por la promoción interna.
Cada puesto tiene unas competencias específicas y van evolucionando conforme las necesidades del mercado. Por ello, conocer con qué habilidades contamos es el punto esencial y clave para poder acercarnos al puesto que deseamos.
A través de un análisis y evaluación de perfil competencial, podemos indicar dónde se encuentra el alumno en el desempeño de sus habilidades de forma objetiva y numérica, con una herramienta certificada y con consistencia interna. Gracias a esto podemos dejar la subjetividad al margen para refinar las habilidades necesarias y que el alumno alcance el puesto de trabajo que desea alcanzar. Desarrollar, sin una guía de competencias, es como correr sin dirección.
La escuela de anfitriones themasterkey propone para octubre cuatro programas completamente únicos en el mercado para que cualquier profesional alcance sus metas.
Actualmente doctorando en educación, específicamente en las competencias más demandadas para los puestos directivos de hostelería. Viene de una trayectoria internacional en operaciones y dirección en hoteles. Fundadora de la primera escuela de hostelería basada en competencias y sin temario preconfigurado para que los profesionales alcancen metas objetivas y reales, TheMasterkey.