La ponencia de Teresa De Pablo, Gerente de Área para España y LATAM en hotelkit, fue una de las más ovacionadas del Smart Travel News Roadshow Valencia. Y no solo por su claridad y carisma, sino por plantear una pregunta tan directa como incómoda: ¿sigues gestionando tu hotel como si estuviéramos en 1990?
Tecnología, sí… pero en serio
Teresa abrió su intervención con una reflexión que cala hondo en el día a día hotelero: “Queremos automatizar el futuro con herramientas del pasado”. Mientras el huésped hace el check-in desde su móvil, muchos hoteles siguen funcionando con post-its, pizarras, llamadas y walkies.
La paradoja es evidente: tecnología puntera de cara al cliente, pero procesos internos desfasados. “El revenue tiene dashboards de última generación, y el mantenimiento sigue con un boli mordido y un cuaderno”, ironizó Teresa entre risas cómplices del público.
La comunicación como eje de la experiencia
Más allá de la eficiencia operativa, la comunicación interna tiene un impacto directo en la satisfacción del huésped. “Una toalla que no llega, un colchón que sigue igual de duro, un grupo de celíacos mal informado… No es solo un error, es una mala experiencia”, advirtió.
Con ejemplos reales, mostró cómo hotelkit centraliza y digitaliza toda la operativa del hotel: desde incidencias hasta checklist de pisos, desde comunicación entre departamentos hasta control de tiempos de respuesta. Todo en tiempo real. Todo en una única plataforma.
Tecnología + humanos = experiencia
Uno de los momentos más potentes fue la demo de una habitación inteligente en la que un huésped pide una toalla a través de Alexa… y cómo hotelkit automatiza todo el flujo para que llegue al cliente con confirmación y tiempos reales. “La clave no es solo usar tecnología, sino integrarla. Evitar la brecha.”
Y como colofón, Teresa sorprendió al público con una canción generada por IA sobre su charla, animó al público a levantarse, bailar y romper la rutina. Porque si el reto es salir del pasado, qué mejor forma de demostrarlo que con humor, tecnología… y un premio para el mejor bailarín.