Muchos trabajadores se han encontrado trabajando desde casa como medida de precaución para mitigar el impacto del COVID-19.
En el caso de American Express Global Business Travel, en España, la modalidad Working From Home forma parte del ADN de la compañía, entre el área de Business Travel y Meetings & Events, con un 35% de empleados que trabajan habitualmente desde casa, previo al brote del coronavirus; y que en estas fechas se ha hecho extensible a la totalidad de la plantilla.
Además, estudios realizados internamente sobre esta modalidad de trabajo nos revelan que, en la mayoría de los casos, la productividad crece.
Te dejamos una serie de consejos útiles para crear un ambiente de trabajo idóneo.
1. Fijar un espacio
En el entorno digital actual, muchos de nosotros podemos trabajar y, de hecho, lo hacemos, desde cualquier lugar, pero es importante tener un espacio en el que los compañeros de piso, la familia u otras personas identifiquen como la «zona de trabajo».
No todo el mundo cuenta con una habitación separada y con puerta en la que establecer la nueva «oficina», pero sí es necesario crear un espacio dedicado en exclusiva al trabajo, teniendo en cuenta la realidad de lo que sucede alrededor: familia, niños pequeños, mascotas, amigos, compañeros de piso…
2. ¿Se cuenta con las herramientas necesarias para que los empleados se sientan productivos y conectados?
Estas herramientas serán diferentes para cada uno, pero hay que tomarse un momento para pensar en lo que será necesario para trabajar correctamente.
Si la compañía cuenta con una infraestructura tecnológica y una red óptima para dar apoyo a los empleados en remoto, simplemente habrá que trabajar con los líderes y el equipo de tecnología para ver la mejor manera de recrear el puesto de trabajo en casa.
Identificar lo que más se podría echar en falta en cuanto a soporte y herramientas tecnológicas y no tecnológicas, y priorizarlo, será clave para crear un entorno de trabajo óptimo.
3. Establecer la rutina de “ir a trabajar”
Este punto también será diferente para cada persona, dependiendo de lo que le viene a la cabeza a cada uno al pensar en el modo de trabajo y su contexto. «Ir a trabajar» ayuda a construir una rutina diaria y tratar de seguirla.
Muchos “teletrabajadores” consideran importante vestirse como si se fuera a ir a la oficina para entrar en la rutina de trabajo. Será importante pensar en estar cómodo, pero lo suficientemente formal como para poder conectarse a una reunión.
Aquellas personas con niños pequeños a cargo tienen un reto adicional, por lo que pueden hablar con los líderes de su equipo para acordar jornadas de trabajo más cortas, intensivas o ajustadas a los objetivos. La flexibilidad es clave. Y, siempre que sea posible, se puede trabajar «fuera de horario» cuando los niños duerman.
4. Intentar poner límites
Con énfasis en la palabra «intentar». Las personas nuevas en cuanto a teletrabajo pueden sentirse sobrepasadas con todas las cosas de su «vida personal» que tienen su alrededor. Es importante pensar en los descansos que se realizan en la oficina y, al realizarlos en casa, aprovecharlos para solucionar tareas de la vida cotidiana.
Hay todo tipo de límites, incluidos los de sonido. Cuando no se está en reuniones por vídeo o teléfono, algunas personas consideran que ponerse algo de música con los auriculares ayuda a bloquear el ajetreo de la vida cotidiana que se desarrolla alrededor.
Por otro lado, trabajar desde casa a veces puede dificultar el final de la jornada laboral. Es importante establecer el “fin de la jornada” para cada uno en su contexto particular.
Aprovechar al máximo el tiempo que se ahorra en los desplazamientos a la oficina para mejorar la productividad y la conciliación.
5. Distanciamiento social no significa aislarse
Es el momento de encender la cámara del ordenador durante las reuniones de equipo. Ver caras en diferentes lugares puede ayudar a sentir que todavía se está junto a los compañeros.
Coger el teléfono varias veces al día para hablar con el equipo o crear un grupo en WhatsApp sirve como una opción diferente para compartir información, hacer preguntas, compartir memes o enlaces, e interactuar con el equipo más frecuentemente que a través de reuniones y correos electrónicos.
Se pueden explorar diferentes canales de comunicación para mantener al equipo lo más conectado posible.