OpenAI planea incorporar anuncios en ChatGPT, pero con un enfoque completamente distinto al de Google. Su CEO, Sam Altman, adelantó que la empresa experimentará con un sistema de monetización en el que las recomendaciones publicitarias solo generen ingresos cuando sean útiles y relevantes para el usuario. Es decir, un modelo que priorice la confianza sobre la visibilidad pagada.
Un modelo opuesto al de Google
Durante una conversación en el pódcast Conversations with Tyler, Altman explicó que el modelo publicitario de Google “gana dinero cuando la búsqueda falla”. Según su razonamiento, si Google ofreciera siempre la mejor respuesta, no habría necesidad de pagar para aparecer en los primeros resultados. Este conflicto de intereses —entre la calidad de la información y los ingresos publicitarios— es precisamente lo que OpenAI pretende evitar con ChatGPT.
En su visión, ChatGPT no debería obtener beneficios por mostrar resultados patrocinados o manipulados, sino únicamente cuando proporcione recomendaciones útiles que generen una acción concreta del usuario, como una reserva o una compra. “Si ChatGPT aceptara dinero para colocar un hotel peor por encima de uno mejor, eso sería catastrófico para la confianza de los usuarios”, subrayó Altman.
De la búsqueda a la conversación: el comercio conversacional
El enfoque de OpenAI apunta a transformar la experiencia de búsqueda en una interacción comercial directa. Altman imagina un escenario en el que el usuario solicita una recomendación —por ejemplo, el mejor hotel para una escapada—, ChatGPT ofrece la opción más adecuada y, con un solo clic, el usuario completa la reserva sin salir de la conversación.
En este proceso, OpenAI recibiría una comisión transparente y uniforme, sin alterar el orden de los resultados ni favorecer a una marca sobre otra. “Si ChatGPT te muestra su mejor recomendación y, al reservar, obtiene el mismo porcentaje que recibiría de cualquier otro hotel, sin influencia externa, eso estaría bien”, aseguró Altman, insinuando que este modelo podría aplicarse al sector de los viajes “en algún momento”.
Confianza como nuevo valor comercial
El planteamiento de OpenAI redefine el papel de la publicidad digital: pasar de vender atención a ganarse la confianza del usuario. En lugar de “comprar visibilidad”, las marcas tendrían que centrarse en ofrecer calidad, relevancia y satisfacción real. La IA, por su parte, se convertiría en un intermediario ético que recomienda solo aquello que realmente aporta valor.
Este enfoque encaja con una tendencia creciente en la industria tecnológica: la búsqueda de alinear los incentivos económicos con el bienestar del usuario. Altman considera que ChatGPT debe ganar dinero únicamente cuando el resultado genera un beneficio tangible para quien lo consulta, no cuando explota sus datos o su atención.
Publicidad, pero no como fuente principal de ingresos
A diferencia de los gigantes de internet que basan su rentabilidad en la publicidad masiva, Altman aclaró que los anuncios no serán la principal vía de ingresos de OpenAI. Aunque reconoce que la compañía “probará algún tipo de publicidad en algún momento”, no lo considera su prioridad estratégica.
Por ahora, OpenAI se centra en consolidar su ecosistema de productos —incluyendo las suscripciones premium, las integraciones API y la expansión de ChatGPT en entornos profesionales—. El desarrollo del modelo publicitario queda en manos del equipo de producto, encabezado por una responsable que, según Altman, “ya es mucho mejor que él en esa función”.
Implicaciones para el sector turístico
De materializarse este modelo, el impacto en el sector de los viajes y la hospitalidad podría ser significativo. ChatGPT se convertiría en un nuevo canal de distribución basado en la recomendación personalizada, donde los usuarios podrían consultar, comparar y reservar hoteles, vuelos o experiencias sin abandonar la conversación.
Para las empresas turísticas, el reto estará en mantener la visibilidad en un entorno dominado por la calidad de la recomendación y no por la inversión publicitaria. Las estrategias de posicionamiento dejarían de centrarse en “comprar espacio” y pasarían a enfocarse en la optimización de datos, reputación y experiencia del cliente, factores que influirán en cómo la IA determina qué opciones son realmente las mejores.
Además, si ChatGPT logra integrar sistemas de pago o reservas dentro de su interfaz, podría redefinir el rol de los intermediarios digitales. En lugar de depender de los grandes buscadores o de las OTAs, los hoteles y aerolíneas podrían aspirar a una relación más directa con el usuario, mediada por una IA que actúe como consejero imparcial.
Un futuro guiado por la transparencia
El desafío, sin embargo, será mantener la transparencia y la neutralidad en un entorno donde las recomendaciones influyen directamente en decisiones comerciales. Altman insiste en que el modelo solo funcionará si los usuarios perciben que ChatGPT actúa en su beneficio. Cualquier sesgo o manipulación —aunque sea mínima— podría destruir la confianza ganada y, con ella, la viabilidad del sistema.
A corto plazo, OpenAI no prevé un despliegue inmediato de este modelo publicitario. Pero su planteamiento introduce un cambio conceptual importante: la publicidad ya no como interrupción, sino como servicio útil. Si se aplica correctamente, podría abrir una nueva etapa en el marketing digital, en la que la confianza y la relevancia sustituyan al clic y al posicionamiento pagado como moneda de cambio.
En palabras de Altman, el objetivo no es llenar ChatGPT de anuncios, sino crear un modelo de recomendación sostenible, donde cada interacción tenga sentido y el beneficio de la empresa dependa directamente de la satisfacción del usuario. Una visión que, de cumplirse, podría redefinir no solo la relación entre IA y publicidad, sino también la manera en que las marcas turísticas se conectan con sus futuros clientes.
Información original en SEL.
