La aplicación de la realidad virtual en la industria de los viajes provoca en la misma cantidad una gran expectación por sus posibilidades y un escepticismo hacia su aplicación real.
Muchos aún no se han convencido de que los vídeos en 360 grados que ofrecen paseos virtuales en un hotel o avión, gracias al uso de algún tipo de dispositivo de realidad virtual, puedan mejorar realmente las expectativas de lo un viajero busca en un viaje.
Google ha tratado de convencer a los escépticos a través de una colaboración el Museo de Historia Natural de Berlín. Gracias al uso de los cardboard de Google, los visitantes del museo pueden ver cómo cobran vida algunos de los fósiles y criaturas que allí se encuentran.
La iniciativa mezcla una intencionalidad educativa con la búsqueda del factor sorpresa, ya que los visitantes pueden ver a los criaturas moverse por el entorno del propio museo.
Es un ejemplo de lo que se puede conseguir con la ayuda de la realidad virtual, en este caso desde otro punto de vista, ya que más allá de promocionar un destino concreto situado a miles de kilómetros de donde nos encontramos, el viajero pueden mejorar su experiencia de viaje una vez se encuentra en el propio destino.