La apuesta segura para ganar la Copa Mundial de la FIFA 2018 estaba en la industria del alojamiento alternativo. La demanda ha aumentado un 400 por ciento en comparación con el anterior Mundial, celebrado en Brasil en 2014.
Airbnb ha publicado que más de 50.000 personas se quedaron en sus alojamientos en 2014, y la estimación es que más de 200.000 personas se habrán alojado en alojamientos alternativos este verano en Rusia.
Este aumento de la demanda es un claro triunfo tanto para las principales plataformas de alojamiento alternativo (Airbnb y Booking.com) como para los anfitriones que alquilan sus casas. Las plataformas han utilizado este evento para duplicar su inventario en Rusia y los anfitriones se llevan a casa pingües beneficios.
Once ciudades han acogido partidos del Mundial, incluidos los principales centros urbanos (por ejemplo, Moscú) y destinos turísticos (por ejemplo, Sochi). Aunque todas las ciudades anfitrionas se vieron afectadas por este aumento masivo de la demanda de alojamiento, el impacto varía ampliamente de una ciudad a otra.