Airbnb ajusta su modelo de comisiones y se acerca al terreno de las OTAs

Airbnb ha anunciado un cambio profundo en su estructura de comisiones que podría redefinir su relación tanto con anfitriones como con hoteles. A partir del próximo mes, la plataforma migrará a un modelo de tarifa única para la mayoría de los anfitriones que gestionan sus propiedades mediante software de gestión (PMS), una medida que, según expertos, la posiciona directamente en competencia con grandes agencias de viajes online como Booking.com y Expedia.

De tarifa dividida a tarifa única

Hasta ahora, Airbnb aplicaba un sistema de comisiones repartidas: los anfitriones asumían en torno a un 3% de comisión, mientras que los huéspedes pagaban entre un 14% y un 16,5% del subtotal de la reserva. Con la nueva política, los anfitriones que usen PMS pasarán a pagar un 15,5% del total, mientras que los viajeros verán un precio final más claro y sin recargos añadidos en el proceso de compra.

Airbnb enmarcó la medida como un esfuerzo por simplificar precios y alinear expectativas de los usuarios, subrayando que busca dar mayor transparencia y competitividad a las tarifas publicadas.

Una jugada estratégica hacia el modelo OTA

Pedro Colaco, CEO de GuestCentric, aseguró que este cambio supone un giro estratégico: Airbnb abandona parte de su narrativa comunitaria para adoptar un modelo idéntico al de las grandes OTAs. “La comisión pasa a recaer por completo en los anfitriones, mientras los clientes perciben un precio único, como en Booking o Expedia”, explicó.

Desde su perspectiva, esto elimina una de las principales diferencias entre Airbnb y las OTAs tradicionales, facilitando además la negociación de inventario hotelero. “Airbnb envía un mensaje claro a los hoteles: somos iguales que Booking.com, pero con una marca más fuerte y mejor experiencia de usuario”, agregó.

Sarah Stahl, cofundadora de Market Movers, coincidió en que la compañía está entrando de lleno en un terreno de competencia directa: “La disputa ahora se centra en quién ofrece las mejores comisiones y la mejor experiencia de cliente”.

Competencia más intensa en el mercado

Expertos consideran que esta medida podría otorgar a Airbnb una ventaja competitiva en la captación de inventario hotelero y en la experiencia de usuario. Jay William, fundador de Villa Marketers, explicó que la tarifa única responde también a una tendencia regulatoria: elimina los llamados “junk fees” que han sido cuestionados en distintos mercados.

Al presentar un precio “limpio”, Airbnb se alinea con las expectativas de los consumidores, acostumbrados a que lo que ven sea lo que pagan. Además, este formato reduce el abandono en el proceso de compra móvil, un punto crítico para la conversión en viajes.

La estrategia parece mirar más allá de los alquileres vacacionales, con la intención de reforzar la presencia en el sector hotelero. El propio CEO de la compañía, Brian Chesky, aseguró recientemente que, aunque las viviendas siguen siendo el núcleo de Airbnb, los hoteles representan una oportunidad complementaria de crecimiento.

Convergencia con las grandes plataformas

El cambio en la política de tarifas no es un movimiento aislado, sino parte de un patrón de convergencia hacia el modelo OTA. Colaco recordó que la compañía ya ha avanzado en otros frentes: centralización de pagos, integración con hoteles, estandarización de precios y políticas, y expansión hacia experiencias.

La lógica apunta hacia próximos pasos predecibles: programas de fidelización, visibilidad prioritaria mediante comisiones más altas y la posible incorporación de paquetes combinados con vuelos. “Para el viajero, la experiencia será la de un ecosistema OTA clásico; para los hoteles y anfitriones, el recordatorio de que si no controlan la reserva, tampoco controlan la relación con el cliente”, subrayó Colaco.

Impacto sobre los anfitriones

Para los anfitriones independientes, el cambio supone un aumento significativo de costes si no ajustan sus precios. Expertos advierten que muchos huéspedes podrían interpretar que los precios de los alojamientos suben sin comprender que el incremento responde al traslado de la comisión al lado del proveedor.

En opinión de William, esto supone una pérdida de independencia para los anfitriones: “Se elimina uno de los argumentos que incentivaban la reserva directa. Al no ver la comisión de servicio en el desglose, el viajero tiene menos razones para buscar alternativas fuera de la plataforma”.

Stahl advirtió que el movimiento incluso podría ser contraproducente, ya que en un contexto de márgenes ajustados algunos anfitriones podrían migrar hacia reservas directas para proteger su rentabilidad.

Un mercado en plena transformación

En definitiva, la nueva política de Airbnb refleja un cambio de etapa en el mercado de la distribución turística. La frontera entre plataformas de economía colaborativa y grandes OTAs se difumina, y la competencia se centra cada vez más en quién controla la relación con el cliente y ofrece la experiencia más fluida.

Para los hoteles, el mensaje es claro: Airbnb ya no es solo un canal para viviendas vacacionales, sino un competidor directo en la captación de reservas. Para los anfitriones, el reto será adaptarse a un escenario en el que los costes se trasladan hacia ellos, obligándoles a repensar precios, estrategias de distribución y la importancia de sus propios canales directos.

Lo que está en juego es más que una comisión: es el control de la relación con el viajero en un mercado donde la transparencia, la experiencia de usuario y la inteligencia de precios marcan la diferencia.

Información original en PhocusWire.

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