¿Se avecina un colapso de la IA? El sector turístico analiza riesgos y oportunidades

La inteligencia artificial (IA) se ha convertido en uno de los grandes temas de debate dentro de la industria turística. Su capacidad para transformar procesos, personalizar experiencias y optimizar ingresos convive con una creciente preocupación: ¿estamos viviendo una burbuja similar a la de las puntocom y, en caso afirmativo, podría estallar pronto?

Paralelismos con la burbuja puntocom

Durante su intervención en el Skift Global Forum, Glenn Fogel, CEO de Booking Holdings, aseguró que la situación actual le recuerda al auge de internet en los años 2000. Explicó que cuando se unió a Priceline (hoy parte de Booking Holdings), la compañía pasó de estar valorada en más de 30.000 millones de dólares en 1999 a apenas unos cientos de millones al finalizar el año 2000.

“Hay demasiadas empresas que no van a sobrevivir, con valoraciones desorbitadas y modelos que no funcionan”, advirtió, aunque también destacó que de esas crisis surgen compañías sólidas capaces de transformar la sociedad.

Una visión compartida

Otros actores del sector turístico coinciden en esa preocupación. Janette Roush, vicepresidenta senior de innovación y directora de IA en Brand USA, señaló que abundan las similitudes con la burbuja tecnológica: valoraciones infladas, promesas desmedidas y startups incapaces de cumplir lo que anuncian.

Por su parte, Gaurav Sharma, fundador y CEO de Mosaic Hospitality, afirmó que “demasiado dinero persigue a demasiadas startups poco consistentes, mientras los modelos de IA general aún operan en silos”. A su juicio, en el sector hotelero la adopción sigue fragmentada y avanza solo al ritmo que permite la capacidad de gestión de cada compañía.

Diferencias clave con el año 2000

Sin embargo, tanto Roush como Sharma matizaron que la situación actual no es exactamente la misma que la de la burbuja puntocom. La diferencia principal reside en la adopción: mientras que internet exigía un cambio de comportamiento de los usuarios, la IA ya está integrada en servicios y productos cotidianos.

Roush puso como ejemplo la evolución de las búsquedas en Google, cada vez más largas y contextuales gracias a que los usuarios se acostumbran a comunicarse en lenguaje natural. “Ya no necesitamos escribir frases rígidas como ‘10 restaurantes cerca de mí’. La IA entiende el contexto y devuelve resultados personalizados”, subrayó.

Riesgos y recomendaciones estratégicas

Aun con estas diferencias, los riesgos son evidentes. Sharma alertó sobre la posibilidad de una mala asignación de recursos, lo que podría dejar fuera de juego a muchas compañías. Para minimizar ese impacto, recomendó a los líderes turísticos centrarse en cuatro prioridades:

  • Anticipar el cambio hacia agentes y sistemas de agregación.

  • Integrar los datos comerciales de ingresos, ventas, marketing y canales digitales.

  • Proteger la voz de marca cuando los algoritmos decidan la visibilidad de cada empresa.

  • Mantener la disciplina en el retorno de la inversión (ROI) ligado al valor de los activos.

¿Qué pasará si la burbuja estalla?

Para Fogel, incluso si se produce un colapso en las valoraciones, la IA seguirá avanzando y dejando huella. Recordó que, tras la caída de empresas como Pets.com, el comercio electrónico no solo sobrevivió, sino que se consolidó como pilar de la economía digital.

Roush reforzó esta visión al señalar que un estallido no significa que la tecnología sea pasajera. “La IA va a ser la base de la próxima era tecnológica y empresarial”, aseguró.

En la misma línea, Sharma interpretó un posible estallido como una oportunidad de depuración: “Partes de la IA caerán, y ese reajuste es saludable. El hype desaparecerá, pero la base se fortalecerá. En hospitalidad, el verdadero riesgo no es el colapso, sino quedar en la irrelevancia si no nos adaptamos”.

Un cambio irreversible

La conclusión compartida es clara: aunque pueda haber correcciones de mercado, la inteligencia artificial ya está transformando la manera en que se gestiona la hospitalidad y la distribución turística. Para las empresas del sector, la clave estará en discernir entre la moda pasajera y las aplicaciones reales que generen valor sostenible.

El futuro de la industria no dependerá tanto de si estalla o no una burbuja, sino de la capacidad de los actores turísticos para integrar la IA de forma estratégica, mantener el control sobre su propuesta de valor y responder con agilidad a un entorno cada vez más condicionado por la tecnología.

Información original en PhocusWire.

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