British Airways está desarrollando la tecnología que permitirá a los pasajeros pasar por las puertas de embarque de su principal aeropuerto de Londres, Heathrow, utilizando reconocimiento facial.
Los dispositivos biométricos en la zona principal de seguridad de la Terminal 5 capturan las características del viajero junto con la tarjeta de embarque, y después de una exploración facial en la puerta el sistema verifica la identidad de la persona, permitiéndole subir al avión sin mostrar documento alguno. El sistema está diseñado para acelerar el embarque y reducir el número de errores.
Tres puertas de embarque ha comenzado a utilizar este equipo, con otros 33 previstos en los próximos meses, asegura la compañía. El sistema se utilizará inicialmente sólo para rutas nacionales, con el objetivo de extenderlo a vuelos internacionales.
British Airways, ya opera sistemas de autoservicio en los aeropuertos de Heathrow y Londres Gatwick para la facturación del equipaje.
Troy Warfield, director de Experiencia del Cliente en la aerolínea, explica que «la llegada de puertas de auto-embarque, junto con los puntos de autoservicio para el equipaje, son sólo dos de las formas en que estamos invirtiendo en las áreas que nuestros clientes valoran más».
La configuración de escaneado facial de Heathrow se ha puesto en marcha coincidiendo con las medidas adoptadas por los gobiernos de Reino Unido y Estados Unidos, que prohiben a los viajeros procedentes de determinados países de Oriente Medio acceder a la cabina del avión con ordenadores, tablets y dispositivos electrónicos de gran tamaño en general.
La industria de la aviación está estudiando la tecnología de reconocimiento facial en todo el mundo. El aeropuerto de París Charles de Gaulle está probando un software para acelerar el control de pasaportes, mientras que KLM, la marca holandesa de Air France-KLM Group, se encuentra en una prueba de tres meses en el aeropuerto de Amsterdam Schiphol. También se están instalando sistemas en Estados Unidos y Japón.
Los aeropuertos europeos están explorando por separado distintos métodos para escanear líquidos explosivos sin requerir que los pasajeros separen los líquidos en bolsas aparte en un esfuerzo por mejorar la seguridad y facilitar el embarque, uno de los procesos más arduos y molestos para los viajeros.