La industria turística avanza hacia un nuevo escenario competitivo donde la inteligencia artificial (IA) ya no es una promesa futurista, sino un motor real de cambio. A lo largo de 2025, el sector ha vivido una oleada constante de lanzamientos, pruebas y adopciones tecnológicas que están redefiniendo todas las etapas del viaje: desde la inspiración inicial hasta la experiencia en destino, pasando por el booking, la gestión operativa y la distribución.
Este ritmo acelerado responde, en parte, a un consumidor cada vez más dispuesto a delegar en la IA buena parte de la planificación. Según el informe U.S. Consumer Travel de Phocuswright, un 48% de los millennials y un 42% de la Generación Z se sienten ahora más cómodos utilizando estas herramientas para organizar un viaje que hace un año. Esa predisposición está acelerando la experimentación, obligando a las marcas turísticas —grandes y pequeñas— a repensar su propuesta de valor.
Un recorrido por las ocho etapas del viaje: dónde está ocurriendo la innovación
En su informe How AI is reshaping every step of the traveler journey, Lufthansa Innovation Hub (LIH) hace un mapa detallado de los casos de uso más relevantes surgidos en 2025. El análisis abarca ocho momentos clave del viaje, desde la inspiración hasta la actividad en destino, y permite dimensionar la magnitud del cambio.
En el ámbito de la inspiración, plataformas consolidadas como Google están introduciendo funciones basadas en Gemini para identificar localizaciones a partir de capturas de pantalla, mientras que nuevos actores como Mindtrip experimentan con planificadores conversacionales capaces de construir itinerarios completos en segundos.
En la fase de planificación y reserva, los avances son aún más visibles. Expedia ha introducido Trip Matching, una funcionalidad basada en IA que conecta preferencias del usuario con resultados altamente personalizados. Booking.com, por su parte, está utilizando IA para entender con mayor precisión la intención de viaje, reforzando su posición en el momento de la búsqueda.
Ambas plataformas figuran, además, entre los primeros socios oficiales dentro del nuevo ecosistema de apps anunciado por ChatGPT, un movimiento estratégico que puede reconfigurar la visibilidad y el acceso al inventario hotelero en los próximos años.
En paralelo, OTAs fuera del ámbito estadounidense avanzan con fuerza. MakeMyTrip y Trip.com Group han desarrollado herramientas propias, mientras que startups incluidas en la lista Hot 25 Travel Startups for 2026 de PhocusWire exploran nichos específicos con soluciones ágiles y de rápida adopción.
Reservas dentro del chat, datos en tiempo real y nuevas formas de distribución
La fase de compra también vive su propio punto de inflexión. La aerolínea india Indigo permite buscar, reservar y gestionar vuelos desde una interfaz de chat, mientras que Turkish Airlines ha estrenado un servidor MCP (Modern Context Protocol) para permitir que los agentes basados en IA accedan a datos en vivo. Kiwi.com ha seguido el mismo camino, habilitando MCP para que los asistentes inteligentes puedan consultar su inventario.
En los aeropuertos, la innovación apunta a reducir fricciones. United Airlines está enviando mensajes personalizados a los pasajeros en momentos de disrupción, y aeropuertos como Frankfurt empiezan a implementar controles de seguridad basados en IA que permiten caminar sin detenerse. La intención es clara: transformar la experiencia en una secuencia fluida y anticipada, donde el viajero recibe respuestas antes incluso de formular preguntas.
Un segundo frente: la IA que opera entre bastidores
Aunque los focos suelen recaer en las aplicaciones visibles para el usuario, 2025 ha traído numerosos desarrollos en el ámbito B2B. Las aerolíneas están utilizando IA para optimizar rutas, planificar flotas y responder con mayor eficiencia ante interrupciones. United ha invertido en AiOla, una compañía de IA conversacional con potencial para mejorar desde la seguridad operativa hasta la comunicación interna.
En el sector hotelero, la automatización también avanza. Apaleo ha lanzado un servidor MCP que permite a los agentes inteligentes consultar disponibilidad, procesar modificaciones o ejecutar tareas operativas complejas. En el ámbito de los alquileres vacacionales, Boom ha presentado su Business Agentic Manager, un agente capaz de tomar decisiones autónomas en marketing, comunicación con huéspedes y reportes financieros.
En España, Mirai ha introducido Sarai, una solución que permite al huésped buscar y reservar usando lenguaje natural —por texto o voz— en múltiples idiomas. La herramienta forma parte de una estrategia más amplia orientada a construir un ecosistema de venta directa más competitivo frente a intermediarios y OTAs.
El papel de OTAs y proveedores: ¿quién tiene realmente la ventaja?
El despliegue de IA en el sector ha reabierto un debate clave: ¿qué actores poseen una posición de ventaja para dominar la distribución del futuro? Mientras algunas voces muestran preocupación por la capacidad de las OTAs para integrarse rápidamente en plataformas de IA y controlar las rutas de acceso al viajero, otros consideran que quienes poseen el inventario —hoteles, aerolíneas, proveedores turísticos— podrían tener más margen para influir en el ecosistema.
La respuesta, por ahora, es incierta. El ritmo de innovación es tan rápido que los equilibrios pueden cambiar de un trimestre a otro. Lo que sí parece claro es que la IA está redefiniendo el juego competitivo y que la dependencia de terceros —sean OTAs, asistentes de IA o plataformas de búsqueda— será un punto crítico en la estrategia de distribución.
Una transformación que no se detendrá
El avance de la IA en el turismo está lejos de estabilizarse. Nuevos modelos, protocolos, integraciones y agentes autónomos seguirán surgiendo, provocando disrupciones en todas las capas del sector: desde los proveedores directos hasta los intermediarios y metabuscadores.
Para los profesionales del turismo, la conclusión principal es evidente: la IA ya no es un proyecto futurista, sino un elemento estructural del negocio. Quien no experimente, no se adapte y no defina su posición dentro de esta nueva cadena de valor corre el riesgo de quedarse fuera de un ecosistema donde la velocidad marca la diferencia.
El 2026 será, según todos los indicadores, el año en que estas tendencias dejarán de ser pilotos para convertirse en práctica habitual. Y el sector deberá decidir cómo quiere integrarse en este nuevo paisaje digital gobernado por datos, conversaciones y automatización inteligente.
Información original en PhocusWire.
