El desarrollo de destinos turísticos inteligentes se apoya, en buena medida, en las distintas iniciativas que están tomando las propias ciudades por autogestionarse de un modo más eficiente. Los sistemas de inteligencia podrán evitar atascos de tráfico, avisar de situaciones de riesgo para la seguridad o controlar la calidad del aire.
No sólo el transporte, gracias a los vehículos automáticos, tendrá un lavado de cara: la conservación del agua, la energía verde, la seguridad de los peatones y de infraestructuras en tiempo real van a cambiar. Esto significa que las ciudades y destinos serán capaces de cambiar los semáforos para vehículos de emergencia, intensificar de formar remota la iluminación de la calle donde se producen accidentes o delitos, y contar con pantallas inteligentes que informarán a los viajeros de múltiples aspectos de la ciudad.
Future Processing ha reunido en esta infografía algunas de las características que están comenzando a definir a las ciudades y destinos inteligentes.